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Karina Sánchez

¿Existen los perros agresivos?



Apenas me comunique con una persona que estaba desesperada porque su perrito Fausto, un adorable mestizo de 2 años, ya no podía salir a la calle.


Me platicó que ya tuvo 2 accidentes en donde el indomable Fausto mordió a 2 personas y que al ver a cualquier perrito lo ataca a matar (palabras exactas de la dueña)


Ya había recurrido a 2 soluciones: ponerle un bozal y mandarlo a entrenamiento para bajarle ese “instinto agresivo” que tiene su perro y, como imagine, ninguna funcionó.


Si sufres de una situación similar, te mostraré las causas más comunes por las cuales tu perruno es “agresivo” y evites incrementar ese comportamiento:


1. ¿Por qué todo es diferente?


Algunas veces, hacemos cambios en nuestra vida sin tomar en cuenta a nuestros perros, como mudarnos de casa, adoptar otro cachorro, salir de viaje más seguido, etc. y eso descontrola la estabilidad de nuestros amigos, lo cual se transforma en miedo e inseguridad.


Entiendo que muchas de estas decisiones son para mejorar, pero podríamos ponérsela más fácil a ell@s, recuerda que tú eres todo lo que conoce. Ponte en sus patitas.


Te pongo un ejemplo: Imagínate que ya sabes que todos los días sales a las 10 a.m., conoces la ruta, el parque a donde te llevan y los perros de la zona.


Un día, ves como sacan las cosas de tu casa, llegas a un lugar nuevo, ya no sales en el mismo horario porque ves a tu humano vuelto loco arreglando cosas y además se ve bastante estresado.


Tratas de pedirle que te saque, pero sólo recibes regaños y gritos.


Cuando por fin sales, todo es diferente, la ruta, el parque, los perros.


No sabes que es lo que está pasando, así que te llenas de miedo porque no conoces ese mundo y la única forma de protegerte es pidiéndole a todo el mundo que ni se te acerque.


2. ¡No, junto!


¿Te suenan esas palabras?


Si la mayoría de los perros pudieran hablar, dirían que son las únicas palabras que conocen.

Estamos acostumbrados a que nos digan que debemos enseñarles a nuestros amigos perrunos quien manda junto con las frases “Si no, te va agarrar la medida”, “Va a hacer lo que quiera”, “Ya no te va a obedecer”, etc. Que mitos tan más falsos.


Ningún ser vivo crece feliz y plenamente a partir de sometimiento, no es posible confiar en alguien que todo el tiempo está tratando de controlarte.


Tu perro es un ser sociable, al igual que nosotros, que sólo busca la aprobación de su grupo social, es decir, tu aprobación. Al darle tantas órdenes y regaños, rompes el vínculo de confianza y se vuelve receptivo (si tú lo atacas, él ataca).


3.¡Para que aprendas!


Dice el Dalai Lama que “La violencia sólo genera violencia” y no puede estar más en lo cierto.


Conozco algunos papas perrunos que creen que dando unos periodicazos a su perro no va a volver a morder el sillón o hacerse pipí en la casa y ¿qué creen? Lo vuelven a hacer.


Hay muchas situaciones donde los perros sufren de violencia o malos tratos, lo cuales, pasan desapercibidos.


Ya lo vemos con los collares de castigo, los jalones de correas, los golpecitos en la cabeza, etc. Estas son acciones que sólo deterioran el espíritu del perro, lo llevan a un retroceso donde sólo buscan cualquier escape para que ya no los maltraten.


Un perro maltratado atacará a otro perro o persona porque asocia que cualquiera que se acerque le hará daño.


¿Y ahora, cómo lo soluciono?


Antes de que compres un bozal, collar de castigo o esos artículos que parecen creados en los tiempos de la Inquisición, date un tiempo para evaluar porque tu perro se comporta así.

No hay perros agresivos, hay perros con comportamientos desequilibrados.


Hay alternativas funcionales que no requieren de medidas drásticas, por ejemplo, flores de Bach para la inseguridad y calma, ejercicios de conexión contigo y reiki para perros.


Un truco infalible: Hazle saber a tu perro que lo amas.


¿Cómo lo logras?


Dale tiempo que se adapte a una situación nueva (mínimo son 3 meses).


Antes de gritarle NO mientras muerde el sillón, respira profundo y cámbiale el sillón por su mordedera.


Busca momentos solos.


Deshazte de las ideas de “dominación”.


Confía en él, no necesita ir todo el tiempo junto a ti.


Un perro es un ser lleno de amor que sólo necesita bienestar en su vida, la agresividad es un grito de auxilio para comunicarte que algo no esta bien. Escúchalo.


Feliz semana.

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