¿Alguna vez te desesperaste porque tu perro no dejaba de ladrar?
Con la paciencia hasta el borde, te levantaste y le gritaste que se callara. Al verte tan enojado, tu perrito no hizo más que meter la cola y bajar la cabeza.
Te arrepentiste al momento y te llenaste de culpa.
Siempre has sentido un gran amor por él/ella y te rompe el corazón gritarle de esa manera… pero a veces te saca de tus casillas.
Y te preguntas: ¿Es normal que tenga ese comportamiento? ¿Debería intentar cambiarlo? ¿Cómo puedo hacer para no perder la paciencia?
Exploremos cual es realmente el origen de esta situación…
No queremos que los perros sean perros.
Muchas veces, las personas tienen un perro, por diversas razones: para no sentirse solas, para que cuide la casa o, tristemente, porque está de moda.
Además, la mayoría de nosotros tenemos una imagen del perro ideal: uno que obedezca cuando se le diga, que sepa donde ir al baño, que no se suba a la cama, que no ladre, etc.
Déjame decirte que ese perro ideal es un robot, no un perro.
Nuestros perros son seres independientes que necesitan espacio para expresarse, un espacio para correr, jugar, ladrar, oler, morder, un espacio para ser perros.
Claro que para nosotros es conveniente tenerlos controlados todo el tiempo para que cumplan nuestras expectativas y necesidades.
El control que ejercemos sobre ellos es exorbitante, controlamos absolutamente todo: comida, juegos, baño, hora de paseo, donde duerme, bueno, controlamos hasta a quien se le acerca y a quien no.
Creo que necesitamos dejar a un lado este comportamiento obsesivo por controlarlo todo, porque, siendo honestos, si realmente amas a tu perro, tendrías que aceptarlo tal cual es.
Pero ¿realmente sabes cómo es? Esta pregunta nos lleva al siguiente punto.
Conoce su personalidad
Cuando nos piden describir a nuestro perro, por lo general, usamos palabras como noble, juguetón, gruñón, etc.
¿Esas escasas palabras describen a tu perro?
Se dice que cada persona es un mundo y con los perros es exactamente lo mismo.
Ningún perro es igual.
Existe el perro que le gusta explorar el parque, pero no convivir con otros perrunos, también él que le encanta probar todo lo que hay a su alrededor, aquel que ladra sin descanso para comunicar a los demás quien está cerca y si es una amenaza.
Hay un sinfín de combinaciones de perros, me atrevería a decir que una por cada perro (claro, hay perros que comparten características, pero al final, cada uno cuenta con ese pequeño toque que lo hace tan especial), y si me dedicara a escribirlas todas aquí no acabaríamos nunca.
Así que te invito a observa a tu perro y darte la oportunidad de conocerlo, porque ya sabes que le encanta ladrarle a la puerta, pero ¿has observado cual es la razón? Es probable que ladrarle a la puerta sea un aviso de lo que él/ella podría considerar una amenaza (aunque para ti solo sea tu vecino que está subiendo las escaleras).
Recuerda que las acciones que realizan nuestros perros es su manera de comunicarse con nosotros, no lo hacen por molestarte o vengarse.
Conociendo la personalidad de tu perro, podrás mejorar tu relación con él porque sabrás que es lo que lo lleva a tener ese comportamiento, por ejemplo, si tu perro es solitario, sabrás porque es renuente al entrar al corral de perros y evitaras esta situación, en vez, de enojarte porque no te hace caso.
En resumen, necesitas 3 acciones para entender su comportamiento: dejar de controlarl@, darle espacio para expresarse y conocerlo a profundidad.
Es tan sencillo como eso, si tú dejas de controlar todo lo que hace, queriendo crear un perro robot, él/ella podrá ser un perro libre, y a su vez, saldrá a la luz su verdadera personalidad.
Y tú al observar su personalidad, entenderás sus acciones y podrás tomar decisiones que sean benéficas para los dos, creando un vínculo afectivo fuerte y sano, con él cual, tu perruno se sentirá seguro y, poco a poco, dejará de tener acciones desequilibradas.
Ya sabes, la próxima vez que quieras cambiar una actitud de tu perro, observa quien realmente es, acéptalo y amalo tal cual es.
Un abrazo a los dos.
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